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Si la ehrlichiosis canina se detecta a tiempo, el pronóstico es bueno. Sin embargo, si la enfermedad se cronifica, las consecuencias pueden ser mortales. Como la enfermedad es tratable, pero va acompañada de síntomas graves, es mejor prevenir que curar.
Síntomas: ¿cuáles son los signos más importantes?
Los primeros signos aparecen tras un periodo de incubación de entre una y tres semanas. A continuación, la ehrlichiosis en perros pasa por tres fases con diferentes síntomas de distinta magnitud. Los más importantes son:
Fase aguda:
Fase subclínica:
Fase crónica:
Diagnóstico: ¿cómo se detecta?
Si tu perro presenta uno o varios de estos síntomas, debes llevarlo al veterinario lo antes posible.
Si la anamnesis y el chequeo general conducen a la sospecha de una ehrlichiosis canina, pedirá un análisis de sangre. En los perros enfermos, el número de plaquetas (trombocitos), glóbulos blancos (leucocitos) y glóbulos rojos (eritrocitos) es reducido. En la fase aguda, el patógeno se puede detectar directamente.
Sin embargo, si ya se encuentra en la fase subclínica, lo que se detectan son los anticuerpos. No obstante, el resultado de anticuerpos también será positivo si el perro se infectó anteriormente y eliminó las Ehrlichia satisfactoriamente.
Tratamiento: ¿qué opciones hay?
La ehrlichiosis canina se puede tratar con los medicamentos y medidas siguientes:
Pronóstico: ¿cuáles son las probabilidades de curación?
Cuanto antes se inicie la terapia, más alta será la probabilidad de éxito. Si se trata la enfermedad en la fase aguda temprana, en pocos días se nota una mejoría.
Si en el momento del diagnóstico el perro ya está en fase crónica, un buen pronóstico es incierto porque en esta fase ya se producen daños permanentes.
Para evitar la ehrlichiosis en perros, las garrapatas se deben extraer lo antes posible.
Causas: ¿cómo aparece la enfermedad?
Al igual que la anaplasmosis, la ehrlichiosis canina la provocan las rickettsias. Estas son bacterias unicelulares que llegan al cuerpo del perro durante la succión de garrapatas.
La garrapata marrón del perro (Rhipicephalus sanguineus) es la transmisora principal y está muy extendida en la región mediterránea. Además, esta garrapata ya se ha introducido en otros países, como Alemania, por lo que los perros también enferman allí.
También cabe la posibilidad de que la enfermedad la transmita el veterinario de un perro a otro mediante agujas contaminadas y transfusiones de sangre (yatrogénica). En teoría, también sería posible que una persona se la trasmitiera al perro.
La Ehrlichia canis es una bacteria intracelular que infesta las células sanguíneas del perro, extendiéndose así por todo el cuerpo. Al adherirse las células sanguíneas infectadas a las paredes vasculares de varios órganos, se producen daños.
Después de la fase aguda viene la fase subclínica. El perro no presenta síntomas y el sistema inmunitario trabaja a toda máquina para eliminar el patógeno. Si no lo consigue del todo, la enfermedad se cronifica.
Prevención de la ehrlichiosis canina
Incluso después de superar la erliquia en perros, tu peludo no está protegido contra una nueva infección. Por eso, es muy importante practicar la prevención en las regiones de distribución de la garrapata marrón del perro.
Existen métodos que también suelen actuar contra otros ectoparásitos.
Si la estancia en la zona endémica no se pueda evitar, no es aconsejable la profilaxis con antibióticos por el peligro de que se desarrolle una resistencia.
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