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Es común pensar que los perros, los delfines o los caballos son los únicos mamíferos que pueden ser adiestrados. Pero hay otras excepciones… y el hámster es una de ellas. Si le echamos un poco de ilusión y paciencia al asunto, podremos enseñarle algunos trucos, como saltar, ponerse de pie o -incluso- que aprenda a usar una caja de arena para hacer sus necesidades. Si quieres ver algo tan impresionante como adorable con tus propios ojos, sólo tienes que seguir estos pasos:
Ganarnos su confianza
Cuando uno se pone en el lugar de un hámster, empieza a entender realmente cuál es el mayor problema que enfrenta este animalito: para él, todos los seres vivos que le rodean son una amenaza. Aunque nos acerquemos a un hámster con las mejores intenciones, lo que se verá desde su perspectiva es a una criatura de unas 700 veces su peso… que acerca su enorme mano para tocarle. Y eso pondría nervioso a cualquiera. Por eso, superar esa barrera va a ser el primer paso antes de comenzar a adiestrar a tu hámster.
Para ganarnos la confianza del animal debemos tener siempre en cuenta que algo inofensivo para nosotros, puede ser realmente aterrador para él. Por ejemplo, coger al hámster con las manos y levantarlo para moverlo de un sitio a otro, puede ser algo muy traumático para él. Por eso, debemos colocar las manos en forma de cuenco para que se sienta protegido. Y debemos atraerle con premios para que se suba por su propio pie.
Tratarle con cariño
Una vez que esté en nuestras manos, debemos tratarle con delicadeza, acariciando suavemente su cabeza y su espalda con un dedo. Si el animal se pone nervioso, puede empezar a moverse violentamente, a morder, etc. Y eso puede provocar que se nos caiga de las manos. Entonces, si el animal chilla o se muestra nervioso, lo mejor que podemos hacer es dejarlo de nuevo en su jaula y volver a intentarlo cuando se tranquilice.
Repetir esta rutina es la mejor forma de que nuestro hámster se sienta cómodo alrededor nuestro y de que no nos perciba como una amenaza. El siguiente paso es sentarnos junto a él y dejar que ande un poco por nuestro cuerpo, de forma que se familiarice totalmente con nuestra presencia. En este momento, no podemos hacer movimientos bruscos o levantar demasiado el tono de voz, porque eso podría asustarle. Y cuando podamos cogerlo sin que el animal se revuelva o se muestre inquieto, entonces podremos avanzar en su adiestramiento.
Entrenamiento
Las sesiones de entrenamiento no pueden durar más de 15 minutos y debemos centrarnos en un solo truco en cada sesión (aunque también deberíamos incluir el juego en la rutina para que no pierda el interés de estar con nosotros). También debemos hacer acopio de algunos premios que le gusten especialmente, como las pipas o las semillas de girasol. Pero lo más importante de todo es la constancia. Si somos perseverantes, podremos conseguir algunas cosas impresionantes, como que se ponga de pie.
En realidad, este el truco más sencillo que podemos enseñarle a nuestro hámster. La mecánica es sencilla, solamente tenemos que colocar sobre su cabeza un premio y decir “arriba” con voz firme. Poco a poco, el animal aprenderá a responder a nuestra voz. Cuando consigamos que se coloque sobre las dos piernas traseras sin que tenga un premio sobre su cabeza, lo premiaremos con una semilla de girasol, con una pieza de fruta, (…).
Otro truco divertido y bastante ilustrativo sobre como funciona el entrenamiento de un hámster, es hacer que gire sobre sí mismo. Para conseguirlo, solo tienes que colocar una semilla sobre su lomo y decirle “gira”. El animal se acostumbrará a “perseguir” el premio. Y con el tiempo, ni siquiera será necesario que tengamos una “chuche” en la mano, para que nos obedezca.
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